Declarar tus ingresos a Hacienda y pagar los impuestos correspondientes sirve, sobre todo,
para protegerte.
Es obligatorio pagar impuestos tanto si te das de alta en Hacienda y declaras tus ingresos
como si no. No obstante, no hacerlo puede considerarse un delito fiscal y puede suponer
sanciones económicas que se añaden a los impuestos pendientes. Los impuestos se
pueden calcular aunque hayan pasado 10 años.